Mi mamá, que es mucho más participaholic que yo, creó hace siete años un centro comunitario en la villa, conocido como La Casita de los Niños Augusto Conte, en homenaje a ese militante de derechos humanos.
Todos los fines de semana van muchos chicos a La Casita de los Niños para jugar, tomar la leche, comer, hacer los deberes, etc, etc. Mi mamá siempre me pregunta en qué ando para ver si los chicos de La Casita pueden participar en alguno de los proyectos que coordino.
En 2002 di clases de matemática y lengua todos los sábados a la mañana. Después, de 2003 en adelante, trabajamos en varios talleres con los chicos, sobre diversos temas: la diversidad cultural, el cambio climático, la identidad, la violencia, etc.
A muchos los conocí chiquitos y ya son adolescentes y siguen yendo a La Casita. El otro día mi mamá me contó que varios están terminando la secundaria y se están anotando en terciarios y en la universidad. Eso no tiene precio...
Como dijo el padre Pepe mientras entregaba el premio: "Chiche Gelblung tendría que venir a mostrar a estas personas solidarias y a estos chicos que están estudiando".
Lo de siempre: lo malo se muestra y lo bueno no. Menos mal que hay blogs para contarlo :)
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