La idea era trabajar sobre los conocimientos y habilidades de los jóvenes participantes en el uso de tecnologías que estuviesen a su alcance para fortalecer su capacidad de acción comunitaria.
No se trataba de "otro taller en ciberactivismo" a los que estoy acostumbrado, sino todo lo contrario. Era un gran desfafío por las características de los participantes: jóvenes miembros de organizaciones campesinas, con niveles de escolaridad tendiendo a bajos, más acostumbrados a hablar en guaraní que en castellano y con escaso acceso a internet.
Sin embargo, no eran ajenos a las nuevas tecnologías y casi todos tenían un teléfono celular. Así que me propuse empezar por esa herramienta que todos conocían.
Trabajando con la experiencia y los conocimientos que ya tenían, le sacamos jugo a todas las funciones de los celulares que podían servirnos a la hora de participar: llamadas, mensajes de texto, infrarojo, bluetooth, mensajes multimedia, cámara de fotos, cámara de video, acceso wap (internet), grabador de voz, reproductor de audio, entre otras.
Fue importante partir de la idea de comunicación alternativa y cómo a las radios y periódicos comunitarios, se le podía sumar internet. Debatimos el famoso Informe Mc. Bride, el rol de los medios masivos y cómo algo tan sencillo como un blog puede constituirse en el centro neurálgico de una poderosa estrategia de comunicación comunitaria.
Para aprovechar la diversidad de experiencias y conocimientos, cada concepto o herramienta fue -siempre que se pudo- explicada por alguno de los jóvenes (desde qué es internet a cómo tener una cuenta de Orkut)
Traté no sólo de trabajar conceptos y usos, sino también poner eso en práctica. Uno de los chicos había grabado un videíto con su teléfono y me lo pasó por bluetooth (ante la sorpresa de muchos) y lo subimos paso por paso a YouTube.
El paso siguiente fue crear un blog, publicar texto, fotos y el video que habíamos subido a YouTube.
Vimos blogs y videos realizados por otras organizaciones campesinas que podían servir como ejemplo.
En la última parte del taller los jóvenes trabajaron en 8 grupos en los que identificaron un problema de su comunidad o de su accionar diario en las organizaciones y plantearon una posible campaña de acciones utilizando las herramientas que vimos.
Fue una gran experiencia, un desafío superado y con mucho aprendizaje. Quiero agradecer enormemente a todo el equipo de BASE IS (Luis, Lea, Sebastián y los demás) y a Daniel Espíndola que generó el contacto.
Todos quedamos muy contentos con la experiencia y es seguro que habrá continuidad en el trabajo conjunto :D
Foto grupal al final del taller
Párrafo aparte merece mencionar que tuve oportunidad de reencontrarme con Eduardo, a quien conocí en 2002 en México. Pasamos una linda tarde en Asunción comiendo comida mexicana para recordar los viejos tiempos :)
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